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Irredentos

Fotógrafo/s: Christian Cravo

Autor/es texto: Walter Salles (pref.), Rubens Fernandes Júnior, Gilmar de Carvalho

Precio: 42,00 € / 54,91 $

Detalles

Fecha Edición: 2000
Lugar Edición: Salvador
Idioma: Español
Páginas: 121 p.
Ilustraciones: B/N
Encuadernación: Rústica
Dimensiones: 30 cm.

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Cuando un grupo de individuos vive conjuntamente en contacto directo con una naturaleza hostil o extremadamente rica y dominante, como en la selva tropical, se hace necesario desarrollar las más variadas técnicas de resistencia para que el grupo o la colectividad no dejen de existir. La religiosidad, la fe y el fervor místico encuentran, en estas sociedades de población dispersa que enfrentan enormes dificultades para sobrevivir, un terreno fértil en donde poder establecerse como otro poderoso sistema de cohesión que garantice la supervivencia del grupo al transferir al campo místico y religioso su desesperanza en un último intento por preservar a la especie. El fanatismo religioso del Nordeste de Brasil está estrechamente ligado a la falta de apoyo por parte del poder central a las poblaciones pobres y necesitadas. Cuando se les niega un mínimo de recursos necesarios para poder sobrevivir, estos hombres, asumen una forma de resistencia con rasgos de misticismo, religiosidad y fervor inquebrantable debido al abandono, usualmente de tipo secular. Los peregrinajes cíclicos son los latidos que señalan una vez más la convergencia de estas poblaciones perdidas de la vasta inmensidad del Nordeste de Brasil. Las regiones remotas del Nordeste de Brasil (sertão) cristalizaron sus esperanzas en la piedad religiosa que tiene en el cristianismo su fuerza motriz más poderosa desde la colonización de Brasil en el siglo XVI.
El rasgo más característico del Nordeste de Brasil –que abarca una amplia zona de tierra de gran antigüedad geológica– es la necesidad de reservas de agua y su dependencia con respecto a un ciclo inestable de lluvias. La inconstancia climática y la imposibilidad de predecir la disponibilidad del elemento líquido fuerza a la población a dirigir sus esperanzas hacia un milagro realizado por un ser superior que controla los vientos, las nubes y, finalmente, la lluvia redentora, para poder facilitar la siembra, la cosecha y la supervivencia. En la terrible expectativa generada por la esperanza en la redención otorgada por el precioso e irremplazable líquido que deberá caer de los cielos, se desarrolla la peregrinación del “sertanejo” a los lugares sagrados en donde expía sus culpas, intercambia información, y adquiere amuletos que lo protegerán hasta el próximo encuentro.Humildes, vestidos y descubriéndose en señal de respeto ante el Santo o el Protector y alzando sus manos encallecidas, vueltas en dirección al centro de energía protectora, rezan, balbuceando los pensamientos que son sus peticiones usuales: agua, amor y paz, redención y justicia.