Fecha: 2012-06-05 Comentarios:
Una de las fotografías de la exposición OLER, OIR, VER MARRUECOS…
Un joven tetuaní quemador de cabezas, orgulloso de que un fotógrafo extranjero se fijase en ellos para hacerles fotografías, ya que habitualmente no eran, (valga la redundancia) objetivo de los objetivos fotográficos, debido a lo “incomodo” de la labor que realizaban, quemar patas y cabezas de cordero, pero a mí me atraían como una luz a un mosquito, el hecho de estar en la calle haciendo eso, que por otro lado yo nunca había visto, unido al ambiente cargado por el humo y el olor a pelo quemado, era para mí un “filón” fotográfico, los colores del fuego, los olores, sus rostros llenos de hollín , sus gestos a veces arrogantes y desafiantes con las cabezas pinchadas en un hierro, o con un cuchillo en la mano, todo era atractivo para mi ojo fotográfico y mente divagadora, la cual estaba intentando comprender todo lo que veía, la tradición de cómo se comían las cabezas con cous cous, lo ricas que tendrían que estar, todo era para mí un gran estímulo, no solo visual si no para darme mucho sobre lo que pensar, y por eso mismo en el futuro me gustaría hacer solo una exposición sobre ellos, “los quemadores de cabezas”.
Habitualmente, cuando fotografío alguna persona en un país que no es el mío, y aun siendo el mío, no suelo saber mucho más sobre la misma, pero la casualidad hizo que un joven que conocí en la inauguración de la exposición fuese su vecino, y su historia por ahora la sé, y no es grata, se encuentra en prisión por un tema de drogas, me da pena esa situación, porque el rato que pase con ese grupo de jóvenes disfrute mucho con sus risas al verse fotografiados, y más aún este joven que se reía de el mismo de verse sin dientes
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